FIESTA DE SAN SEBASTIAN
POYALES DEL HOYO (Avila)
-20 DE ENERO-
-Actualmente
3º Fin de Semana de Enero-
Es el patrón de Poyales del
Hoyo y Ramacastañas, en donde se celebran grandes fiestas en honor a este
Santo. Pero también es celebrado, en mayor o menor medida, en otros pueblos:
Cuevas del Valle, Lanzahíta, San Esteban y Villarejo, Guisando y Arenas.
Es curioso
como en los dos pueblos en los que este Santo es Patrón se encienden grandes
"iluminarias" los días de la fiesta, en Poyales de enebro y en
Ramacastañas de encina, así como que sea costumbre en esta fecha tanto en
Poyales como en Lanzahíta, prender pequeñas "iluminarias" de romero a
las puertas de las casas para "deshacerse de todo lo malo".
"Desahógate
casa, que salga lo malo y entre lo bueno" dicen en Lanzahíta.
"Romero
quemo que salga lo malo y entre lo bueno" en Poyales.
En Poyales del Hoyo esta
fiesta dedicada a su Patrón ha perdurado a través del tiempo a pesar de
transcurrir en el mes de Enero, mes de mucho trabajo por la recolección de la
aceituna y de difícil traslado al pueblo para los que están fuera (tan solo en
la actualidad ha sido trasladada al fin de semana más próximo, precisamente
por la importancia de la Fiesta y la devoción al Santo).
Bendito San
Sebastián
tú que vives
en las eras
échanos tu
bendición
con esa mano
de cera.
Pues concedes
tus favores
al que te
invoca amoroso,
escucha
nuestros clamores,
Sebastián,
Mártir Glorioso.
Es significativo ver cómo
estas fiestas que llegan después ó incluso en medio de fechas de mucho trabajo,
tienen mucho más arraigo. Por supuesto tiene que ver la devoción al Santo, pero
quizá haya también el valor de recompensa tras el trabajo, y la alegría de
trabajar con una meta próxima de relajación y alegría. No hay que olvidar que
antiguamente las fiestas suponían el único tiempo de diversión y de baile para
los vecinos de nuestros pueblos.
Tradicionalmente
esta fiesta de San Sebastián en Poyales duraba cinco días:
• Día 19: La
Víspera
• Día 20: San
Sebastián
• Día 21: San
Sebastianín
• Día 22: San
Sebastianón
• Día 23: El
día de los mozos
• Día 24: El
día de los casados
Después de los Reyes
empezaban ya los preparativos de la Fiesta que compaginaban las mujeres con la
recogida de la aceituna que era costumbre que estuviera terminada para la
Fiesta: se limpiaban y jalbegaban casas y cocinas y se preparaban los dulces,
fundamentalmente perrunillas y mantecados.
Ocho días
antes del Santo, comenzaba la novena que terminaba la Víspera.
El 17 y el 18
de Enero los tres mayordomos de ese año, que se ofrecían normalmente
voluntarios el año anterior, iban al monte a recoger leña de enebro para
la "iluminaría" que se encendía la víspera en la Plaza de El Moral.
También estos mayordomos unos días antes iban por las casas del pueblo pidiendo
dinero para la fiesta"¿Cuánto das para la gaitilla? ¿Cuánto das para el
Santo?" distinguiéndose de este modo el dinero del baile y el de la
Iglesia.
Con el dinero
del baile se costeaba el de la víspera y los tres primeros días, el cuarto lo
costeaban los mozos del pueblo y el quinto los casados. El alojamiento y la
manutención de los gaitilleros era por cuenta de los mayordomos.
Hacia las
cuatro de la tarde de la Víspera se iba a por el Santo a su Ermita, subiéndolo
en procesión a la Iglesia. Esa noche, a las nueve, los mayordomos prenden una
gran "iluminaría" en la Plaza con la leña de enebro recogida, al son
de las campanas y de los cohetes. Al mismo tiempo en todas las casas se enciende
un candil en la ventana y se prende un ramo de romero a la vez que se abren
puertas y ventanas al grito de:
"Romero
quemo, que salga lo malo y entre lo bueno".
Se reúne luego
todo el pueblo en la Plaza alrededor de la "iluminaría", cantando y
bailando. De ahí salen rondas de amigos que alegran con sus canciones las calles
del pueblo.
El día del
Santo, Diana al abrir el día. Misa Solemne, a la salida de la que, en unos
tiempos allí mismo en la Iglesia, en otros en el Ayuntamiento, se daba una
caridad o media caridad, un poco de comida bendecida y vino. También se
bendecía pan para los animales. Hoy en día en recuerdo de aquello, se da a
todos los vecinos pan y queso de cabra fresco. Se saca después al Santo en
procesión por el pueblo y los mayordomos siguen pidiendo para el Santo, al
son de devotos y devotas de San
Sebastián ¿Quien da una limosna? mientras desde los balcones los
vecinos echaban sobre el Santo carillas, garbanzos o lo que pudieran ofrecerle.
Después se le
baja de nuevo a la Ermita, realizándose la subasta de banzos para entrarlo, y
subastando después la subida al trono, que no se realizará hasta el día
siguiente.
Era
tradicional (y aún hoy en día se sigue haciendo) que el día de la Fiesta, el
panadero hiciera la ofrenda de un roscón que se subastaba. También se ofrece un
queso. Asimismo se subastan los laureles y naranjas que lleva el Santo (hay que
tener en cuenta que San Sebastián fue asaetado atado a un naranjo, por lo que
se le adorna con un entrelazado que se realiza todos los años con laureles y
naranjas).
Los mayordomos
se ofrecían voluntariamente de un año para otro y si no había eran los del año
anterior. Actualmente al haber muchos que quieren serlo son los tres primeros
que llegan a la Puerta de la Iglesia en la Pza. de El Moral (el año anterior)
el día que suben al Santo a su ermita.
Es
representativa y aún hoy se utiliza, la ropa de los mayordomos: Capa negra y
sombrero y la vara del Santo. (Vara con la imagen del Santo).
La comida
típica era el cabrito guisado (había muchas cabras) y de los dulces, las
y los mantecados.
Ropa típica:
Para el hombre: Pantalón de pana, chaleco, faja negra y sombrero.
En las
mujeres, es típica la llamada mantellina, mantilla antigua de paño o algodón
fuerte, con cenefa de pana, a veces alrededor de ella, y adornada con lentejuelas.
Himno a San
Sebastián
Adalid
y valiente capitán
fue
el mártir San Sebastián
fiel
amante de Cristo y de su cruz.
Que
en lucha desigual
del
infierno triunfó,
de
laurel inmortal sus sienes coronó
Entonemos
gozosos himnos mil
al
grito del añafil:
Viva,
viva el patrón
de
esta villa leal
que
con fiel corazón
canta
un himno triunfal.
Valeroso
Sebastián:
danos
la paz, danos la paz
hhhhhhhhhhhhhhhhhhhh